lunes, 11 de mayo de 2009

moscas, moscas

El tren se detuvo.
Nunca antes había pasado algo así. Al menos nunca antes se había parado en ese lugar, justo antes de entrar en el túnel.
Estuvo así unos quince minutos y luego reemprendió la marcha lentamente.
Entonces te asomaste por la ventana y pudiste ver todo aquello que nunca habías visto.
Las jeringuillas, las cucharas, papel de plata, las bolsas de basura llenas, los condones, una muñeca sin ojo y sin pierna, el mástil de una guitarra, un animal muerto, sangre, moscas, moscas.
Luego el tren aceleró la marcha.
Pero tú ya no volviste a ser el mismo.