sábado, 27 de junio de 2009

después de los cafés

Cuando nos sentamos a la mesa de este restaurante yo tenía cinco años.
Vine con mis padres y mi hermana, que acababa de nacer.
El camarero nos trajo la carta cuando cumplí diez.
Mi hermana de cinco años jugaba con nuestro hermano pequeño, de dos.
Conocí a mi mujer cuando nos sirvió el primero. Mi madre se encargó de traer una silla para ella.
Durante los postres, mi hermana, con mi hijo en sus rodillas, me dijo que se iba a casar con su novio de toda la vida.
Ahora, después de los cafés, iremos al entierro de mi padre.