miércoles, 20 de agosto de 2008

así de fácil

Abrí una mano y saliste tú.
Luego abrí la otra y salió una silla.
Después abrí las dos y se escuchó un ¡Oh!
Más tarde las cerré y te sentaste.
Al día siguiente abrí una mano y salí yo.
Luego abrí la otra y salió una silla.
Después abrí las dos y se escuchó un ¡Oh!
Más tarde las cerré y me senté a tu lado.
Años después abrí una mano y salió un niño.
Luego abrí la otra y salió una niña.
Después abrí las dos y se escuchó un ¡Oh!
Podría ser todo así de fácil siempre, pensé.