lunes, 14 de julio de 2008

abajo, en el patio

Siempre quise matar a tu madre.
Desde los cinco, seis o siete años, siempre quise matarla.
Cuando la veía por la ventana de clase, abajo, en el patio, esperándote a la salida del colegio, siempre quise matarla.
También cuando te traía cada tarde la merienda y te acariciaba la cara y te sonreía mientras tú masticabas el bocadillo, el chocolate o lo que demonios te hubiese traído, siempre quise matarla.
Pero, sobre todo, cuando íbamos de excursión y ella, antes de subirnos en el autobús, te besaba la frente, te acariciaba la cara, te sonreía y te decía Pásatelo bien.